ROMÁNICO

El Románico es un nuevo estilo que surge entre finales del siglo X y comienzos del XI (Primer Románico), se desarrolla a lo largo del XII (Románico Pleno) y finalizaría en el primer tercio del XIII (Románico tardío), en Europa Occidental. Es considerado el primer estilo internacional tras la caída del Imperio Romano en el año 476.
Constituye la manifestación artística propia de la sociedad feudal, lo que explicaría su carácter monástico y rural. El templo se convierte en la representación simbólica de ese orden feudal.
CARACTERÍSTICAS DE LA ARQUITECTURA ROMÁNICA

La arquitectura es la principal forma artística del periodo, donde las demás artes (escultura y pintura) se subordinan a ella. Al ser un arte fundamentalmente religioso, el tipo de construcciones que nos vamos a encontrar son iglesias y monasterios.

MATERIALES: La piedra es el material predominante, con la que se construyen los edificios más importantes. Los muros son muy gruesos, de sillarejo (piedras mal cortadas) y sillares (piedras bien cortadas).

PLANTA: Tiene forma de cruz latina simboliza a Cristo crucificado y su orientación se sitúa hacia el este, porque la salida del Sol simboliza la Resurrección.
-Puede ser de 1, 3 o 5 naves (la más común es la de 3 naves), siendo la central más ancha y más alta que las laterales. El brazo mayor es cortado transversalmente por otra nave llamada transepto, y el punto de unión de ambas se denomina crucero, el cual se cubre con una cúpula (forma semiesférica) o cimborrio (forma octogonal).
-La cabecera es el lugar más importante del edificio puesto que es donde se ubica el altar. Se remata con ábsides y los pequeños ábsides que se disponen en torno al ábside mayor en algunas iglesias se llaman absidiolos. Los pies de la iglesia se flanquea con dos torres.
En la cabecera de muchas iglesias (iglesias de peregrinación) existe un pasillo llamado girola que rodea el altar mayor por donde pueden deambular los fieles sin interrumpir los oficios sagrados y para facilitar la visión de las reliquias.

CUBIERTA: Las iglesias se cubren con bóveda de cañón (de piedra) dividida en sectores mediante arcos fajones, que se apoyan en pilares con columnas adosadas.
-La bóveda descansa sobre arquerías de medio punto que también separan las naves. Al estar hecha de un material tan pesado como lo es la piedra fue necesario reforzar los edificios con contrafuertes tanto en el interior como en el exterior. El empleo de los contrafuertes hizo que se redujera el número de ventanas y su tamaño, por lo que entraba poca luz, dando lugar a interiores muy oscuros.
Los arcos de medio punto también los encontramos en puertas y ventanas.
En algunas iglesias, sobre todo en las más grandes, existe una segunda planta llamada tribuna.

LA ESCULTURA ROMÁNICA
"Un santuario es como una puerta que se abre al más allá, al reino de Dios. Por consiguiente, la puerta del santuario resume a su vez, y desde el mismo punto de vista simbólico, la naturaleza del santuario entero".
La frase de arriba es de Titus Burckhardt, un historiador del arte, y hace referencia a las portadas de las iglesias.

Tras el largo paréntesis vivido por la escultura monumental desde la desaparición de la plástica romana (desde la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476), la gran escultura volvió a florecer a partir del siglo XI.
Es esencialmente religiosa, con una gran significación simbólica. No desempeñó unicamente una función decorativa, sino que también debía cumplir una misión didáctica, educativa. La mayoría de las personas no sabían leer ni escribir, por lo que las imágenes iban a enseñarles temas y personajes de la religión cristiana. De esta manera, la gente se iba a sentir más cerca de Dios porque iba a comprender mejor su mensaje con las imágenes y así la Iglesia podía adoctrinar más fácilmente a los fieles. Por eso dicen que las iglesias eran "Biblias en imágenes".
La escultura estaba supeditada a la arquitectura y se concebía en función del lugar en el que se iba a colocar y de su adaptación al marco arquitectónico. Para poder adaptarlas, los artesanos tenían que deformar las figuras, descuidando la proporción de las formas.
Las figuras que representan a seres humanos carecen de naturalismo (su forma y su expresión se alejan de la realidad) y presentan rasgos muy esquemátcos. Tienen un aspecto muy rígido, incluso los ropajes, que caen de manera poco natural. Los rostros también son muy esquemáticos, donde destacan unos grandes ojos almendrados e inexpresivos.
Las  esculturas se realizaban en madera o en piedra, generalmente, y se pintaban con colores muy fuertes y vivos.

Emplazamiento de las figuras

Portadas de las iglesias: Es el lugar que más desarrollo tiene la escultura románica. La escena principal se ubica en el tímpano, donde se suele representar el Pantocrátor (Cristo juez, sentado con los Evangelios en la mano izquierda y la derecha en actitud de bendecir y está rodeado por la mandorla o almendra mística). Está rodeado por el Tetramorfos (los 4 evangelistas con sus símbolos). El tema más representado es el del Juicio Final. Las figuras más importantes se colocan en el centro y son de un mayor tamaño. Las escenas del Juicio Final se acompañan también con los 24 ancianos del Apocalipsis.
Las arquivoltas también se solían decorar, bien con motivos geométricos, o también podían colocarse los 24 ancianos del Apocalipsis.
Las columnas sobre las que descansan las arquivoltas se llaman jambas y solían tener adosada una figura.
Si la puerta era muy grande se dividía en dos con una columna llamada parteluz o mainel, que también podía llevar una figura adosada.
Capiteles: Se decoraban tanto los del interior como los del exterior de la Iglesia. Pueden tener decoración geométrica, vegetal, de animales reales o fantásticos, pasajes de la Biblia, escenas de la vida cotidiana, etc.
Escultura exenta: Suelen ser tallas en madera y normalmente se colocaban en los altares. Los temas más representados son:
  • Virgen con Niño: La Virgen aparece como trono en el que se sentaba el Niño Jesús. No se representa a la Virgen como madre, por eso no hay comunicación entre ellos. El Niño es como si fuese un hombre en pequeño. Son figuras rígidas, desproporcionadas...
  • Cristo crucificado: Se le muestra con rostro sereno, impasible al dolor (falta de expresividad).


PINTURA ROMÁNICA

La mayor parte de los edificios estaban pintados tanto por dentro como por fuera, pero las composiciones más importantes se reservaban para el interior, especialmente para el ábside de la nave central. La pintura realzaba las formas arquitectónicas y dada la amplitud de los muros, permitía el desarrollo de composiciones figuradas, colaborando con la misión de adoctrinar a los fieles.
Las técnicas empleadas son el fresco y el temple.
Fresco: la pintura se mezcla con agua y cola y se aplica al muro. El fresco se suele aplicar siempre sobre el muro.
Temple: Los colores se consiguen mezclando los pigmentos con huevo o cola y agua templada. Se suele emplear más sobre tabla.
En cuanto a las características, podemos aplicar prácticamente las mismas que en la escultura:
-Solo interesaba la representación de las figuras y los temas, es decir, el mensaje que transmitían y su significado, por lo que la belleza de las formas no importaba, ni tampoco su proporción.
-Falta de naturalismo.
-Falta de perspectiva. No hay sensación de profundidad. Pinturas planas.
-Se representan de forma muy esquemática y tienen posturas muy rígidas. Ausencia de movimiento.
-Representación jerárquica: los personajes más importantes se hacen más grandes y ocupan los lugares más importantes.
-Temas religiosos: del Apocalipsis normalmente.
-Empleo de colores muy fuertes y vivos. El contorno se perfilaba con una gruesa línea negra. Los ojos se hacían muy grandes y con forma almendrada. Las manos también se hacen más grandes.

Tipos de pinturas

Pintura mural: Es la que se ejecuta sobre los muros. Las escenas más importantes se emplazaban en el ábside principal. Se solía pintar el Pantocrátor o la Virgen con el Niño Jesús. Se hacían con la técnica al fresco.
Pintura sobre tabla: Se concentra principalmente en la zona del altar, en los retablos. Se representan escenas de la vida de los santos. La técnica más empleada es la del temple.
Miniaturas: Pequeñas pinturas que ilustraban los libros (Biblias, códices, beatos, etc.). Acompañaban al texto y también se embellecían las letras iniciales de cada capítulo. Se elaboraban en los monasterios por los monjes.